Educandos, padres de familia, personal administrativo y docentes participaron de los festejos programados que incluían jornadas culturales, religiosas y recreativas.
Una de las actividades que llamó la atención fue el concurso de cometas que le dio colorido al cielo santiaguino. “Este año alrededor de 200 menores se concentraron en la estadio de la localidad para dar muestras de su habilidad para elaborar y hacer volar una cometa”, sostuvo la docente María Vega Gamboa, directora encargada del plantel estatal.
Agregó que estas jornadas buscan fortalecer el vínculo padre e hijo y promover el trabajo en equipo familiar. “Es motivador ver a los padres, hermanos y toda la familia ayudando hacer volar la cometa al alumno. Es una forma como el menor se siente respaldado por ellos”.
Otro de los objetivos es revalorar los juegos infantiles de antaño donde la naturalidad y candidez de los niños era el principal ingrediente. “Se puede decir que los juegos de antes eran más sanos emocionalmente hablando”, puntualizó la directora.
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